OLOR A DOLOR
Ya
de regreso al trabajo Ernest no lograba concentrase en sus labores, no había
dolor humano que se comparara al padecimiento que este estaba sintiendo, por su
mente pasaban destellos de recuerdos de aquel día en el que su hermana fue
corriendo a la puerta y le dijo que había muerto su madre, pero más fuerte era
para él pensar en el cuerpo de su madre postrado en aquel ataúd, no podía dejar
de pensar en que tuvo mil oportunidades de verla y convivir con ella tal y como
lo habían hecho sus hermanos. Este nunca imaginó que la vida le tendería una
trampa de la cual no saldría con vida.
Poco
a poco Ernest entendió que pese a su dolor debía salir adelante y que su vida
tenía que seguir, pero no se percataba de que a veces las tormentas regresan y
aunque nos hayan golpeado a la primera también lo haría una segunda vez.
Después de algunos días en los que se despertaba como sonámbulo, se alistaba
para el trabajo a modo zombi, decide en el camino tratar de alejarse e ir dejando
a un lado su duelo, intenta recordar sus momentos de rumba y fiestas épicas, así
que decide llamar a uno de sus amigos de bebida para juntarse después del trabajo,
pero, como se dice popularmente “hoy sabemos dónde estamos, mañana no”. Esa
tarde su amigo le manifiesta que no podrían salir.
Al
llegar al trabajo todo parecía normal, su superior le había asignado las
funciones laborales que le correspondían como siempre, sus compañeros le
dirigían la palabra muchas veces con notoria lástima pero este ya se estaba
sintiendo nostálgico al notarlo porque había decidido dejar a un lado la
tristeza y seguir como antes, total, su madre ya no estaba y no regresaría, sus hermanos no lo querían cerca, así que
pensó en por qué no seguir como antes, por qué no olvidarse de todo y disfrutar
sus años.
Ese
día, como era de costumbre, fue a entregar el reporte del día a su supervisor,
a lo que este le pidió que tomara asiento ya que tenía algo importante que
decirle, Ernest reaccionó con una mirada de confusión, pues pudo notar que se
trataba de algo serio y temía lo peor, su corazón palpitaba como para salirse
de su pecho, sus ojos se exaltaron de una forma que parecían bombillas
candentes. Le dijo a su supervisor que quería saber de una vez y por todas de
qué se trataba, que fuera claro y le dijera rápido, este respondió que por
orden del dueño de la empresa estaba despedido de sus labores ya que hacía
mucho no era eficiente en sus funciones y estaban obligados a prescindir de sus
servicios.
Solo
hay que imaginar lo que Ernest sintió en ese momento, su mundo se desvaneció,
quería que la tierra lo tragara y desaparecer de tanta miseria, pues a esto se
sumaba al dolor del que creía estaba saliendo, pues esta nueva situación lo había
revivido. He aquí la tormenta le ataca de nuevo.
Arrastrando
los pies y sin ánimo de seguir viviendo llega a su casa y comienza a llorar,
entre llantos cuestionaba a Dios y se preguntaba por qué el señor lo castigaba
de esta manera. En ese momento mira el techo de su habitación y ve una viga,
mientras pensaba en buscar una salida cobarde a la situación. Ernest ya no
quería seguir viviendo, la vida lo había golpeado de mala manera, pero este no
pensaba que era el único responsable de todas sus desgracias. Ya decidido a quitarse la vida, es salvado
por el sueño, se quedó dormido por el agotamiento y los llantos. A la mañana
siguiente no tiene motivos, fuerzas ni espíritu para levantarse de la cama y
decide pasar el día acostado.
Aquellos
amigos de parranda habían desaparecido y tampoco tenía familia, solo le quedaba
un camino. A pesar de que siempre le llegaban aquellos pensamientos de quitarse
la vida, nunca lograba materializar el suicidio.
Después
de casi un mes de ser despedido es llamado de su antigua empresa y le indican
que puede pasar a retirar sus prestaciones laborales, esto significaba una
buena suma de dinero porque había durado unos quince años en el empleo. Este al
recibirla decide irse del pueblo, pues total, ya todos conocían su historia y
le sería difícil volver a conseguir trabajo, además ya la edad no lo ayudaba
mucho.
En
horas de la noche planifica irse bien lejos donde nadie volviera a saber de él, a
la mañana siguiente abandona el pueblo sin destino alguno, Ernest era un
espíritu vagando sin rumbo, sin familia ni amigos. Llega a un pueblo llamado
Dominique el cual era una gran ciudad en pleno desarrollo. La vida era
ajetreada y sus ciudadanos entre tantas ocupaciones no notaban la presencia de
los forasteros; el lugar perfecto para Ernest, allí tenía la oportunidad de
rehacer su vida, de inmediato se aloja en un pequeño hotel para al día
siguiente salir en busca de un nuevo empleo.
Después
de visitar muchas empresas y negocios no le es posible encontrar empleo, la
vida allí no era lo que parecía, pero Ernest estaba decidido a enfrentar sus
miedos para olvidar su pasado; la segunda noche se queda en el mismo hotel,
pero decide buscar algo más barato para prevenir que se le agote el dinero antes
de lo esperado. Ya con el semblante de hombre decidido a cambiar continúa su
búsqueda, esta duró varios días sin lograr ningún objetivo. Luego de unas
semanas se muda a un Hostal porque eran más baratos que los hoteles y cada día
después del desayuno salía en busca del codiciado empleo. Pero una noche al
llegar a su cuarto divisa a una hermosa mujer que estaba sentada en el área de
recreo del hostal, tal belleza no pasaba desapercibida, ella era de color indio
claro con el pelo negro a la altura de sus hombros. De inmediato Ernest entró a
su cuarto para darse un baño y salir a ver si lograba conocer a aquella
hermosura de mujer, luego de unos treinta minutos logra salir, pero ya la joven
no estaba.
El
no entendía que un hombre debe aprovechar las señales sin importar en las
condiciones que esté, una señal del universo no necesita preámbulos. Después de su fracaso se fue al cuarto y se
durmió, planeaba levantarse a la mañana siguiente bien temprano y salir en
busca del empleo que tanto deseaba.
Intento
tras intento sin lograr ni una sola entrevista… ese día llega más temprano al
hostal y allí se encontraba aquella hermosura de mujer, sin pérdida de tiempo
como el día anterior, fue directo hacia ella y cortésmente con voz flácida la
saludó, la joven mujer le devolvió el saludo con voz tierna acompañada de una
linda sonrisa. Ernest se presentó y le preguntó si ella vivía allí, mientras
que ella le respondió “mi nombre es Roxam y sí, vivo aquí.” De inmediato él le
pregunta si podía sentarse a platicar con ella, a lo que la joven aceptó.
Ernest
no dejaba de contemplar esos ojos negros con mirada profunda, mientras que ella
se mostraba complaciente. El tiempo transcurrió esa noche más rápido de lo
acostumbrado, pero cada segundo era valioso porque cuando este se disfruta con
alguien de nuestro agrado el tiempo es discordante, se siente que pasa rápido,
pero a la vez se disfruta mucho. Luego de una placentera conversación se
despidieron y cada uno fue a su cuarto. Al siguiente día alguien tocaba su
puerta bien temprano, era Roxam que había ido a llevarle café y desearle suerte
en su búsqueda de empleo, él le dio las gracias y acordaron verse al final de
la tarde.
después
de conocerse, todos los días se esperaban en la terraza del hostal, más de tres
meses duraron haciendo lo mismo.
Un
día Ernest le dice que debe tomar una decisión lo cuanto antes ya que tenía
varios meses en ese pueblo y no encontraba trabajo y los que le ofrecían eran
de poca paga. Roxam le dice que deben hablar al día siguiente cuando ella regresara
de la panadería.
Ya
caída la tarde regresa al hostal y Roxam lo estaba esperando para hacerle una
propuesta, le dice que como él le había comentado que no encontraba trabajo y que
ya estaba desesperado, y además ella ya no quería seguir en la panadería, le quería
proponer un negocio, a lo que Ernest le dijo soy todo oídos...
Ella
dice:
Ya
estoy cansada de trabajar como empleada, ahora lo que quiero es instalar mi
propio negocio y me gustaría que fuese una tienda ya que conozco muchos
almacenes y suplidores. A Ernest le encantó la idea y decidieron elaborar el
proyecto, esa noche mientras estaban sentados en la mesa dando forma al
proyecto, se entrecruzan sus dedos y luego se miraron fijamente a los ojos, lo
que los llevó a darse un beso y esa mirada los llevó a visualizar sus vidas
juntos en un futuro.
Esa noche no se volvió a hablar más del proyecto… habían iniciado otro tipo de proyecto. Después de unas cuantas horas entre besos y abrazos, estaban más caliente que piedras de fogón. Roxam mujer juiciosa, le indicó a Ernest que debían parar porque ella había jurado no tener relaciones hasta que fuera con quien seria su esposo, lo que Ernest respondió que podían hacerlo ya que él era el elegido, mientras que ella sosteniendo sus manos le decía , sé paciente y aprende a aguantar la calentura de una noche para que puedas lograr muchos amaneceres juntos.
Luego
de encontrar un local y provisiones inician su proyecto…
Por: Edward Pérez
Escritor y comunicador.
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