Aldea de ciegos…
Aldea de ciegos…
Las dimensiones de la selva pareciesen
ser infinitas, pero en realidad solo contaba con 48,448 kilómetros cuadrados,
sus imponentes bosques hacían notable su presencia en la región la cual era
habitada por unos aldeanos.
A simple vista se podía creer que una
rara enfermedad había atacado a todos los pobladores, pero el origen de la
ceguera era mayor de lo que se podía imaginar.
Sus actividades económicas eran diversas
desde pesca, cacería, artesanía y hasta comercio.
La aldea marchaba como cualquier
metrópolis del mundo moderno, sólo que había algo que dejaba a todos
sorprendidos.
¿Cómo todos podían ser ciegos?
Un día dos amigos salieron de cacería, lo
que pronto se convertiría en el big bang para unos y el nacimiento de una nueva
especie para otros; la caza se realizaba con cerbatana y un amigo clavó una
flecha en un ojo del otro por error. El terrible dolor fue curado con plantas
de la tierra, al llegar a la aldea todos se sorprendieron por semejante accidente
el cual días después fue olvidado.
Pero quien había perdido el ojo no lo
tomó así, hasta que éste fue visitado por la envidia y el resentimiento al ver
que era la única persona que tenía un solo ojo en la aldea. Pronto este
desarrolló un sentimiento de repudio hacia los demás, convirtiéndose en una
persona hostil.
Tiempo después disparó su cerbatana al
ojo de un amigo, y este otro hizo lo mismo, al cabo de un tiempo la mayoría de
aldeanos solo poseía un ojo. Y después de unos años ya toda la población había
perdido un ojo.
Con el pasar del tiempo ya habían
olvidado el origen de su nueva tradición.
Décadas después cuando nacía un niño o
niña la partera le sacaba un ojo para evitar que fuera etiquetado como persona
rara en la aldea, esto se había convertido en una cultura, era tradición ser
tuerto o tuerta.
La población fue creciendo al igual que
sus problemas. Después de casi cien años de esta horrible tradición otro
accidente cambiaría la aldea hasta el final de sus días.
Un pescador perdió su único ojo con un
anzuelo o gancho de pescar, pareciera que los caminos estaban georreferenciados
porque la gente caminaba durante las noches largas distancias sin la necesidad
de la vista. Razón que llevó al ciego pescador hasta la aldea, pero a
diferencia del primero que perdió el ojo éste guardó silencio y comenzó a dar
un brebaje a los demás que los hacía perder la poca visión que poseían.
Los ciegos comenzaron a desarrollar
actividades únicas y exclusivas para ellos dentro de su condición y quienes
querían participar debían tomar el brebaje el cual les hacía perder la vista de
inmediato.
Los atractivos de las actividades de
ellos los convertían en tener más y más seguidores a diario. Hasta que todos en
la aldea quedaron ciegos.
Adaptaron sus vidas a la ceguera porque
habían entendido que si uno está ciego el otro no necesita la vista, la visión
fue erradicada en toda la población por envidia, porque nadie podía ver más que
otro, nunca tuvieron la genial idea de ayudar al prójimo ni de adiestrar a las
nuevas generaciones que nacían con visión.
Entendieron que como sabían dónde quedaba
todo en la aldea nunca llegarían a necesitar la vista, hasta que su población
creció tanto que los alimentos que producían para todo el año ya solo le
duraban unas cuentas semanas.
La ceguera fue convertida en cultura,
esto obligaba a cegar a los niño y niñas al nacer, pero esta práctica llevó a
la población a desaparecer.
Ya la hambruna era incontrolable, a
diario intentaban salir del pueblo muchas personas que nunca regresaban sin
darse cuenta estaban cayendo al pantano y eran devorados por las fieras y otros
caían a precipicios, morían de una forma o de la otra y lo hacían de forma tan
placentera para que nadie se enterase de lo que ocurría, así llevarían a más
personas a morir como ellos.
Los aldeanos fueron desapareciendo junto
a sus descendientes hasta que la población completa murió.
Después de casi doscientos años esta
ciudad fue encontrada por arqueólogos los cuales encontraron los vestigios de
lo que una vez fue una aldea, sumergida en el lodo de la envidia y las
tinieblas del odio, la venganza y el rencor.
Moraleja ¿…?
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Por: Edward Pérez
(El ciudadano de la frontera)
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