¿Conoces los peores errores en política y las soluciones a cada situación?
Por: Edward perez
El ciudadano de la frontera
¿De dónde proceden los errores
en la política?
De la falta de proactividad; de
la carencia de una estrategia firme de posicionamiento profesional y personal;
de la queja sin acción; de no contar con una buena asesoría; de cometer errores
y atribuir la culpa a los demás, bien sea al propio partido, a los compañeros,
a la oposición o a los votantes.
Las razones para cometer errores son diversas pero, la clave para solucionarlos, es
encontrar la llave que gire y abra puertas, así como tener la capacidad de
actuar como motor de cambio y prestar un servicio comprometido y completo para
la ciudadanía.
Repasa los 12 peores errores
más comunes en política. ¿Te identificas con
alguno de ellos?
12 errores en
política que te saldrán caros (y cómo solucionarlos)
- No escuchar de forma activa: Cuando un político que se queda en la escucha
superficial y no pone en práctica la escucha activa o profunda, no logra
sintonizar con el público, y sin conexión, no hay mensaje.
- Creer que la comunicación es solo oratoria: Saber comunicar es una de las cuestiones
que más debe importar a los políticos. A veces se centran los esfuerzos en
el contenido de lo que se quiere decir, y no se presta atención al tono, a
los gestos, a la personalidad del político, al lugar y contexto en el que
lo dice o al estado emocional que tiene cuando quiere comunicar algo. Una
buena oratoria comienza en «la tripa» del político.
- No cultivar la parte orgánica: Si descuidas la estructura del partido,
tirarás por la borda la importancia colectiva del mismo, las herramientas
de toma de decisiones o los procesos democráticos dentro del mismo. Acatar
las líneas que baja la organización, aunque perjudiquen los intereses
particulares.
- Descuidar el ámbito personal y familiar: Afortunadamente, hoy en día, una
buena conciliación entre la vida laboral y familiar es esencial, no solo
para dar ejemplo, sino para tener una vida sana y plena. Desatender tus
propios cuidados personales y responsabilidades en ese sentido, puede ser
una muestra de falta de organización y de hipocresía política. (quien es desordenado en su vida personal, será lo mismo a la hora
de dirigir).
- Falta de ejecución: Prometer y no cumplir está visto como un
pecado capital en política, no es suficiente una oratoria sofisticada. Sin
acción no hay trayectoria política.
- Incoherencias: Si lo que dices no concuerda con lo que
piensas y lo que haces, craso error. ¿Para qué estás en política? ¿Qué
ideas quieres propagar y cuáles son tus cometidos? Todo tiene que ir alineado.
- No tener una personalidad definida: Tener un carácter único y propio es un aspecto
altamente valorado en política. ¿Cuál es tu ideario? ¿Qué ideología
defiendes y cómo lo haces? Si no hay una relación estrecha entre tu
personalidad y lo que transmites, perderás
papeletas y credibilidad ante tu audiencia.
- Ser impredecible: Tomar decisiones súbitas, responder de forma
impulsiva a los medios, girar hacia un camino no previsto por tus votantes
o no tener una actitud previsible y consecuente que guarde sintonía con tu
trayectoria, puede ser penalizado y criticado por la opinión pública.
- Tener un equipo complaciente: A veces no se elige al 100% el equipo en política.
Pero rodearte de personas que ceden ante los deseos de otros, sin medida y
pensando sólo en el favoritismo, te hacen una «barrera» para protegerte, o
caen en el conformismo, es un error que te puede llevar a la falta de
datos, o información sesgada, a conocer otros puntos de vista y a
tener un escaso margen de acción para mantener la coherencia en tu
trayectoria política. Si te manejas con complacencias
desconocerás la realidad de tu situación.
- Identidad, la engullida por tu «personaje» político: A la hora de recibir asesoramiento, no puedes
tener en cuenta exclusivamente intereses externos, lo que interesa decir,
cómo decirlo o las tendencias del momento. En ese caso, tu identidad y tus
principios se pueden disolver como una aspirina en un vaso de agua, sin
que haya vuelta atrás.
- Imprudencia en los tiempos: No manejar los tiempos de forma adecuada
es otro de los errores que te llevarán a tomar decisiones a destiempo y te
prometen fracasar y a no planificar adecuadamente los eventos, actividades
y negociaciones o acusar falta de preparación cuando estés en ellos. Nota:
la tendencia hoy día es que una
reunión o encuentro del candidato, no pase de 45 minutos.
- Falta de perspectiva y no tener un Plan de Acción: Saber detectar el cambio, reconocer los
problemas que puedan surgir o visualizar oportunidades. Es necesario mirar
hacia adelante con la suficiente lejanía que te permita ver la
situación de manera global y objetiva para ir dando pasos en esa dirección
durante el periodo entre elecciones. Una visión cortoplacista
exclusivamente centrada el año electoral es llamativa y contraproducente
para tu trayectoria.
Nota: Los candidatos/as deben crear tres grupos
denominados G1/G2 y G3.
G-1 Es un resumido grupo que no debe ser
compuesto por números pares. Ejemplo 3/5/7 etcétera. Con el único objetivo de
crear y evaluar las estrategias de la campaña, así como su blindaje.
G-2 Deberá tener tres representantes de cada
sector, zona o demarcación.
Será
el responsable de bajar las líneas directas que el candidato o candidata les
envíe al pleno; mantener al G1 informado de los más mínimos cambios en su zona,
es la prioridad A1 de este grupo.
G-3. Es el responsable de agrupar un minio del
12% de la sectorización que haya elegido. Ojo: en este grupo no se discute
estrategia; se bajan líneas, se escuchan las propuestas de la población.
Para
asesoría política escríbenos al correo: marketingpolitico1920@gmail.com o
WhatsApp 809-264-1130
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